El Trastorno por déficit de atención con
hiperactividad (TDAH) históricamente ha sido considerado como un trastorno de
la infancia, sin embargo hasta hace un par de décadas, las investigaciones han
demostrado aproximadamente un 50% a 80% de las personas que presentaron el TDAH
en la infancia continúan con los síntomas en la edad adulta, es decir
aproximadamente 2 a 4 de cada cien personas adultas.
El TDAH (Trastorno por Déficit de Atención con
Hiperactividad) es un trastorno en el que intervienen tanto factores genéticos
como ambientales. El TDAH es un trastorno de conducta que aparece en la
infancia, y que se suele empezar a diagnosticar en torno a los 7 años de edad
aunque en algunos casos este diagnostico se puede realizar de una manera más
precoz. Se manifiesta como un aumento de la actividad física, impulsividad y
dificultad para mantener la atención en una actividad durante un periodo de
tiempo continuado. Además de esto hay niños en los que se observan a su vez
problemas de autoestima debidos a los síntomas propios del TDAH y que los
padres no suelen asociar a dicho trastorno. A su vez, el TDAH se puede asociar
con frecuencia a otros problemas, y sus
consecuencias se aprecian en distintos ambientes de la vida del niño, no solo
el escolar, sino que también afecta en gran medida a las relaciones
interpersonales tanto con la familia, como con otros niños y con sus educadores,
siendo estas interrelaciones clave en el desarrollo del niño.
CAUSAS

SINTOMAS
Es posible que todos nosotros presentemos en algún
momento síntomas similares a los del TDAH, sin que tenga mayor importancia ni
quiera decir que deba ser diagnosticado. Los especialistas sólo diagnostican a
un paciente de TDAH cuando son muchos los síntomas de TDAH, estos se presentan
frecuentemente, aparecen en distintos ambientes (es decir, no sólo en casa o sólo
en el colegio) y no son pasajeros, sino que se vienen arrastrando desde la
primera infancia aunque haya alguna excepción en la que se tarde más en
detectar. Además, es necesario que estos síntomas de TDAH causen de manera
evidente problemas en el funcionamiento social, académico u ocupacional.
Síntomas de TDAH con hiperactividad-impulsividad:
• Presenta inquietud, el niño se mueve en el
asiento y les cuesta estar en clase en su pupitre
• Se levanta cuando debería estar sentado
• Corre y salta en situaciones inapropiadas
especialmente en lugares en los que debe esperar
• Tiene dificultad para jugar tranquilamente
• Excitado a menudo, "como una moto"
• Habla excesivamente y también lo hace en
situaciones que no debe
• Responde antes de que finalice la pregunta
• Tiene dificultad para guardar el turno en
actividades de grupo
• Interrumpe a otros en los juegos,
conversaciones, etc
Síntomas de TDAH con falta de atención:
• No atiende a los detalles, comete errores
• tiene dificultad para mantener la atención en
las actividades que está realizando
• Parece que no escucha “ensimismamiento”
• No sigue instrucciones, no termina las tareas
• Tiene dificultad para organizarse
• Evita tareas que requieren esfuerzo de
concentración continuado
• Olvida y pierde cosas necesarias para su
actividad
• Se distrae fácilmente con estímulos externos
• Se olvida de las tareas diarias
Además debemos de tener en cuenta que se pueden
presentar síntomas de TDAH combinado, es decir, de hiperactividad-impulsividad
y de falta de atención. En resumen, los síntomas de TDAH tienen que ser
múltiples, en diversos ámbitos y que supongan una pérdida de funcionalidad de
la persona para que se pueda realizar un diagnóstico de TDAH.